El propósito de esta documento va
dirigido a la proposición de un desarrollo ético-moral con nociones conformadas
dentro de mí persona, como primera parte definiremos lo moral y lo ético; como
parte siguiente presentaremos un desarrollo de una especie de conglomeración de
estas definiciones en lo “real”, y por ultimo daré mi opinión referente a si
¿tiene algún sentido pensar en esta problemática de lo ético-moral?
Una
vez presentada una pequeña introducción del presente trabajo en síntesis
daremos paso a la primera parte ya mencionada, la definición de moral y ética:
Ética
la entenderemos como aquel gran grupo de normas que se establecen dentro de un
cierto grupo social –por lo mismo no las consideró universales-, normas que al
momento de ser violadas, reciben un castigo ejemplar.
Por su parte lo Moral lo entenderemos como la disponibilidad del individuo a la conjunción y/o desapego de las normas asentadas en su entorno, vista desde una perspectiva de libertad y de desarrollo de uno mismo.
Por su parte lo Moral lo entenderemos como la disponibilidad del individuo a la conjunción y/o desapego de las normas asentadas en su entorno, vista desde una perspectiva de libertad y de desarrollo de uno mismo.
Ahora
bien ya marcada la visión de ética y moral que seguirá este documento,
entraremos pues al desarrollo de la visión de los mismos conceptos.
Intente
cambiar de lado a la ética y colocarla como la que se establece y se “debe”
seguir para entrar en lo impuesto por una sociedad –entendida sociedad como una
entidad donde habitan individuos en grupos, que se rigen según su visión de
bien o mal-, entonces el hombre queda atado a seguir las ordenes o las
circunstancias de unos para aplicarlos a los todos, desde mi perspectiva los
individuos que se conforman con lo que hagan los otros no merecen ser llamados
individuos, es más no tendrían el derecho de denominarse humanos, sino simples
animales amaestrados por una mente “manipuladora”.
Según
lo dicho en la parte anterior el hombre esta destinado a sufrir y a
experimentar la sensación de un puño o si fuese el caso una mente arriba de él,
pero no aquí es donde expongo mi idea de moral la cual se determina desde una
subjetividad donde valga la redundancia el sujeto, sí respeta la leyes
determinadas por el orden ético pero posee la cualidad de “la posibilidad” de
cambio o de un entorno distinto a cuando se estableció la ley “X”, por lo
consiguiente
el hombre moral que pretende mostrar un regreso a la visión antigua (tal vez no
tanto), de la llamada “ley del talión” esa que fue extendida con un lema único
“ojo por ojo, diente por diente”, no aquellos que entiendan a mi hombre moral
de esta manera le propongo revisar bien, el hombre moral que presento tiene
como principal virtud la originalidad y primordialmente el conocimiento de su
contexto –por que el hombre es hombre por lo que lo constituye desde la tierra
mojada de su choza, hasta el humo toxico de la ciudad-, por lo consiguiente el
hombre moral que presento no se cae en rodeos de invención de utopías de la igualdad
total del hombre por que alguna vez se han puesto a pensar por ejemplo: en la
marcada lucha que presenta el autor Karl Marx entre El burgués y El
proletariado, alguna vez se han puesto pensar que Marx defiende la libertad,
los derechos, la dignidad, etc. De lo proletarios, pero no tiene en
consideración las mismas cualidades del burgués, para sintetizarlo no presenta
o al menos a mí no me parece encontrar una pisca de preocupación por la
libertad, los derechos, etc. Del capitalista, por que de alguna u otra manera
el hace fuerza y de esta misma se le da la oportunidad de ser lo que es, ¿acaso
no seria inmoral, atacar la libertad del burgués?
Por
lo tanto el hombre moral que presento –no nos confundáis, como un hombre que no
le interesan los demás- se naturaliza con su entorno, contexto, ambiente, y una
vez conseguido esto desarrolla una “visión permanente” de lo que es lo bueno y
lo malo, cuestión que al aplicarlas en el contexto ya mencionado surgirá una
decisión correcta de actos independientes de las normas éticas que lo rigen,
por que habrá encontrado su propia como lo llamare “ética moralina” constituida
desde su yo, pero representada con los otros en un plano real y existente.
Una
vez determinado, este hombre ético-moralino, podemos de alguna manera ubicarlo
en cualquier contexto, el problema estaría en el desarrollo y reconocimiento
que el posea de dicho contexto, por la tanto podríamos llamar a este hombre
“revolucionario” ya que se dedicara hasta cierto punto a las posibilidades de
hechos, a romper y/o hacer valer los paradigmas ya sean falsos o verdaderos de
esta gran ética normativa.
Como
ultimo punto presentaré, una visión propia a la pregunta ¿tiene algún sentido
hablar, pensar, problematizar estas cuestiones éticas-morales?
Diría
que si, y que del desarrollo de estas cuestiones podemos conocer mejor al
hombre como hombre mismo y por lo consiguiente en su desarrollo social, por el
hombre se sirve de su entorno para configurarse o por lo menos “pensar” en lo
que se refiere a él y a los otros, creo que tendríamos que regresar a esta
especie de mini-sistemas como los presentados en la época de la filosofía
medieval –sin exagerar en teocentrismo-, pero si a la formulación de una ética
como un fundamento esencial de desarrollo de lo planteado con anterioridad, por
que el hombre esta tan sediento de que le digan o se le ordene por medios de
normas, que se convierte en una masa moldeable, por lo consiguiente considero
que el desarrollo y/o la formulación de ideas o refutaciones sobre lo
ético-moral tiene una importancia grande, por que debemos verlo así –como
desarrollos de ideología del hombre para el hombre-.
Ya presentada la visión
de la importancia de pensar en lo ético-moral, daré mis consideraciones
finales, es más bien redondear lo dicho anteriormente, el hombre esta en busca
de respuestas pero al mismo tiempo teme encontrarse con la verdad –lo podríamos
llamar como temor a lo desconocido-, y debemos iniciar una limpieza de la “paja
intelectual” que nos rodea y comenzar a pensar como hombres y no como terceros
hablando de materia inerte.
Jesús Alexander Zúñiga Santos
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