No importa como sea, lo importante es celebrar este momento.

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No importa como sea, lo importante es celebrar este momento.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Aldea Roja

I.- Soundtrack ambientador de lectura, la vida parece un libro terminado por un capitalista, la estrategia yace en entregártela por partes.
La melancolía te alcanza al culmen de cada capítulo, como siempre (humano) le otorga una visión analítica presagiando el fin.
Somos animales racionales y políticos, blasfemia, los animales encuentran la dicha al no quejarse de su suerte -diría Whitman- más bien somos hombres políticos en tanto conforman una "sociedad", lo racional suena congruente hasta que llenas de fetiches algo.
Tengo esto, nada más, me es suficiente mientras no pienso en lo suficiente que me puede ser. El arte de la palabra-escritura es tan pasivo, ellas (las letras) no repudian tu incertidumbre, las cargan sobre papel.

II.- Nadie es culpable de esto, ni ella, ni las circunstancias, ni yo, el único culpable es el ocio. Pero aún cuando la suerte es positiva, es ocio, hasta que culmina y retomas de nuevo la culpabilidad a la nada. El germen del ocio es tan ocioso que es como un fantasma que recorre las calles (ya no solo de Europa, como diría Marx) sino del mundo entero. Podría decir una barbaridad al pensar esto, pero lo diré, el ocio es la cualidad que hace al hombre, hombre. Dicha cualidad le permite ser hombre frente a otros hombres con ocio. Sören Kierkegaard se enamora de Regina Olsen por ocio, incapaz de convertir dicho amor en acción concreta (matrimonio, tal vez) se enfrasca en la etapa de ocio y renuncia a su amada. El ocio no es negativo, reitero nos hace hombres, solo es la razón de muchas cosas cotidianas del existir humano.

III.- Es infantil el modo por el cual muchas personas se decepcionan del gran autor Kant, no de su filosofía completa, pero si de una parte de ella, siguiendo la norma del imperativo categórico existe un lance a provocar su aplicación en lo práctico. Parafraseando a modo y tipo conferencia, el acto que realices tiene que cumplir una norma ya que de algún modo debes pensar que eso que tú estas haciendo es una especie de ley universal. Por lo tanto a un acción existe una consecuencia que por algún motivo será tomado como universal, si yo mató a alguien otra persona tiene la misma capacidad y libertad para obrar de dicha manera hacia mí, esta norma no funciona siempre o creo que casi nunca (no lo digo solo por ella, sino por toda la existencia).        



Jesús Alexander Zúñiga Santos.


lunes, 15 de diciembre de 2014

Nocturno en las montañas.

A mi persona, a mis amigos, a los que quiero y a los que vendrán.  

I.- Haberte conocido es grato, la forma, demasiado espontánea, por su naturaleza, mágica. No existe error cuando se quiere, se observa el cielo y piensas en ella. No hay lugar para arrepentimiento, eres mujer, no un objeto en el cual se invierte y con la decadencia se abandona. Las personas se conocen y se adhieren, en ocasiones se da un paso equivocado, pero no debemos llorar por lo perdido, lo mejor es sonreír por lo vivido. Esta es la vida.

II.- All day I miss your face. Dicha frase gira infinidad de veces en mi cabeza, una que otra ocasión cambian las palabras, pero retornan a su significado original, her eyes, her hair, beautiful. El brillo de sus ojos, el toque tierno de su voz, se conjugan con una sonrisa hermosa. Camino, ando, divago por este espacio. Observo la noche y me consuela que en algún lugar alguien piensa lo mismo hacia otra persona. Cuando se trata de amor, pasa a segundo termino lo mutuo, si tu sentimiento es real, dará frutos.

III.- Tres de la tarde, café!!, que calamidad estoy en otro lugar (o como lo llaman acá. "barrio"). Los cuatro puntos cardenales dictan vegetación, si estoy en lo correcto, no sigo en la ciudad. Las faldas de los cerros, dibujan su sonrisa y culmina en la forma de sus ojos. Ellas (sus fotografías) están gastadas, aunque más allá siempre son reanimadas. Este sentimiento nació de una mirada y se enfrasco con una voz quebrada.  

Jesús Alexander Zúñiga Santos.

IV.- Mi Corazón se ha perdido en la locura, porque aúlla en el abismo y sonríe con la sombra que alguna vez fue testigo de su cuerpo que ha partido. Absorto en mis delirios , de querer esa nostalgia, qué haré con el miedo de saber tendré que perder, qué haré con el miedo, ya no baila la ilusión en mis ojos y se han poblado los quereres en mi sonrisa. No hay estación que me salve, de la desgracia de saber que te perderé, como perdí alguna vez la silueta del primer latido de amor.

Anónimo.