Las palabras son nexos que sirven de lenguaje, el lenguaje forma parte de nosotros y de la sociedad. La comunicación es el medio por el cual aplicamos las palabras hechas lenguaje, si bien el texto forma parte de la comunicación así como lo visual, lo auditivo, etc. tienden a ser más abstractas, mencionando también que están sujetas a menor posibilidad de error, quiero decir, el texto expresa y difunde, dando la oportunidad del dialogo pero no de forma inmediata.
El lenguaje oral por su parte posee la posibilidad del cambio inmediato, de la corrección o del dialogo oportuno, pero posee además una carga extra muy significativa, la motivación.
Hitler se expresaba de una manera magnifica en sus discursos hablados, utilizaba la motivación en sus seguidores, explotaba el arte de la palabra y utiliza el estimulo de la verdad universal, quiero decir, sus palabra eran verdaderas, y así lo creían los otros, su pueblo. No era un hombre que expresará de manera facial a la primera mucha intimidación pero con la motivación en sus palabras lograba fácilmente intimidar incluso a otras naciones.
La motivación puede brindar seguridad, incluso en un país entero. México puede ser motivado por el discurso oral, un discurso propio del pueblo, vació de promesas que prometen soluciones mágicas, pero lleno de la motivación que solo un ciudadano real pueda lograr, tal vez el discurso y su motivación sea el inicio de un cambio verdadero para todos. El hombre debe estar dispuesto a escuchar y realizarse con e ideas de otros y la motivación fungirá como baterías de acciones positivas (en el mejor de los casos y con las intenciones correctas).
Jesús Alexander Zúñiga Santos
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